La tundra se encuentra junto a las zonas de nieves perpetuas. La dureza del
clima no permite la existencia de árboles. Su suelo -permafrost- está helado
permanentemente, excepto un breve deshielo superficial en los dos meses más
calurosos. Las temperaturas medias oscilan entre - 15ºC y 5ºC y las
precipitaciones son escasas: unos 300 mm al año. En el ecosistema de tundra los
factores limitantes son la temperatura y la escasez de agua.
La tundra ártica, en el hemisferio Norte, es la más extensa (unos 20 000
km2) y forma un cinturón que cruza América y Eurasia, inmediatamente al sur del
casquete de hielos del Artico entre las nieves perpetuas y los bosques de
coníferas.. Las llamadas tundras alpinas se sitúan en las altas montañas, por
debajo de las zonas glaciares. En el hemisferio Sur no existe, prácticamente,
tundra al ser un hemisferio ocupado en su mayor parte por el océano. Solo la
Península Antártica corresponde a este tipo de bioma.
En las pocas semanas de deshielo superficial se forman charcas y todo tipo
de humedales ya que la capa inferior del suelo al permanecer helada es
impermeable e impide que el agua percole. Estas zonas pantanosas son ideales
para el desarrollo de los insectos y en verano recubren la tundra gigantescas
nubes de mosquitos.
Suelo y vegetación
El suelo es muy pobre y el manto vegetal es delgado, pero de los más
resistentes del mundo. Está formado por líquenes, gramíneas y juncos. En pocas
semanas, aprovechando el corto verano, germinan, se desarrollan y se
reproducen.
Vida animal
Las vida animal presenta un gran interés. Por una parte, como se ha
comentado, abundan los insectos en la época de deshielo. La unión de grandes
cantidades de insectos y la proliferación de las plantas hace que sea un lugar
ideal para la nidificación de un gran número de aves migratorias. Acuden aquí
desde todo el mundo y en pocas semanas se alimentan de insectos y semillas con
gran intensidad, aprovechando además la larga duración del día ártico. En poco
tiempo pueden cebar a sus crías acortando el tiempo de este peligroso periodo
de sus vidas. Grullas, ánsares, cisnes, limnícolas (correlimos, zarapitos,
archibebes, …) y un largo etcétera de especies de aves crían en la tundra.
Entre los fitófagos (consumidores primarios) se encuentran el reno, el buey
almizclero, el lobo, la liebre ártica, los ánsares, las limnícolas y el
lemming. De ellos se alimentan el halcón gerifalte y el búho nival, el zorro
ártico y, por encima de todos, el oso polar.
En el litoral hay abundancia de focas, nutrias y otros mamíferos marinos
Impactos ambientales
El impacto del hombre sobre este ecosistema está muy unido, en la
actualidad, a la explotación de recursos petrolíferos y minerales; e irá
aumentando en los próximos años, si no se controla adecuadamente.
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